Todo lo que leo, veo, oigo, sobre los políticos o la clase política está cargado de ira, agresividad y, en muchos casos hasta de odio. Para entender bien este problema y ser capaces de plantear y hacer realidad soluciones tenemos que desprendernos de esas emociones y ser capaces, a pesar de todo, de utilizar la razón más que los sentimientos.
El verdadero problema de relación entre la Sociedad Civil y la Clase Política es un problema de desalineamiento. Si los políticos no sufren cuando la sociedad sufre y no es feliz cuando la sociedad lo es, es materialmente imposible que entiendan el fondo de los problemas y asuman las verdaderas prioridades de la sociedad.
Todas las civilizaciones han tenido su "administración" los griegos la tenían, los romanos también y el imperio español también. Siempre existirá ese grupo de personas que deben encargarse de conseguir que los asuntos comunes, los asuntos públicos o como los queramos llamar, funcinen eficaz y eficientemente.
La causa fundamental del desalineamiento está en los privilegios. Luego tenemos que reducir al mínimo los privilegios de los políticos no por castigarlos o
Privilegio: Exención de una carga, un gravamen, una obligación o una norma que una persona con autoridad concede a otra de forma excepcional.