La primera polémica, que es muy discutida , es si los cambios han de venir " desde dentro" o " desde fuera.
Para mí la opción desde fuera, queda descartada, sería lo ideal en teoría, pero cuando imaginas cómo sería la práctica llegas a la conclusión de que simplemente no sería, no lo veo posible, ni plausible.
La solución " desde fuera" está basada en la presión generada por la sociedad civil contra la clase política, su medida estrella, es la abstención, o las recogidas de firmas.
Ambas han demostrado su ineficacia en el pasado.
La clase política ha demostrado suficientemente que no se siente en absoluto presionada por la opinión de la ciudadanía, a la clase política sólo le afectan las imposiciones legales, que no le queda más remedio que asumir.
Descartada la opción " desde fuera" sólo nos queda analizar una opción desde dentro.
¿ Qué supone esto?
¿ Crear un partido político nuevo?
¿ Apoyar a alguno de los ya existentes?
¿ Apoyar partidos políticos emergentes?
Antes de desgranar estas posibilidades, profundicemos en los planteamientos básicos.
El problema clave al que nos enfrentamos es que todas las propuestas de modificaciones legislativas que observamos tienen un punto en común.
Todas, sin excepciones, suponen un perjuicio evidente para la clase dirigente, por lo tanto, ¿ Cómo vamos a conseguir que los únicos que tienen capacidad legal para modificar las leyes, las modifiquen en su perjuicio y en nuestro beneficio?
Responder esta pregunta satisfactoriamente es tanto como resolver el problema, pero no es tarea fácil.
Personalmente lo veo tan difícil, que lo doy por imposible.
¿ Entonces? ¿ Qué se puede hacer?
En mi humilde opinión, como cuando nos enfrentamos a el abuso de cualquier otro monopolio, lo mejor es estudiar el mercado en general, estudiar los puntos fuertes y débiles de nuestro adversario ( la élite politico-económica), estudiar también nuestras debilidades y fortalezas y a partir de ahí desplegar una estrategia.
UNA ESTRATEGIA VIABLE.
El primer objetivo de nuestra estrategia consistiría en llevar el debate al punto donde nos interesa, una vez hemos conseguido cambiar el objeto del debate, podremos defender lo mejor posible nuestras posiciones, pero insisto, primero tenemos que estar presentes en el debate y segundo tenemos que poder hablar de los temas que nos interesan.
La primera iniciativa concreta que ayudaría a que fuéramos invitados al debate, que se supiera que existimos , es realizar una encuesta centrada en los 13.000.000. de españoles que no participan de las elecciones , sacar a la luz pública el altísimo porcentaje de españoles que no ven los problemas en las diferentes tendencias políticas, sino en un sistema mal diseñado, carente de elementos de control y vigilancia, carente de contrapesos.
Cómo podemos identificar a esos 13 millones?
Estoy muy de acuerdo, sobre todo en el último párrafo. Entendiendo a los 13 millones podemos conseguir algo